La práctica organizacional básica respecto al talento humano radica en elegir entre tratar a las personas como recursos o como grupos de interés de la organización. A los empleados se les puede tratar como recursos productivos de las organizaciones, es decir, como recursos humanos.
Como recursos, deben ser estandarizados, uniformes, inertes y precisan ser administrados, lo cual implica planear, organizar, dirigir y controlar actividades, pues se les considera sujetos pasivos de la acción de la organización. De ahí la necesidad de administrar los recursos humanos para obtener el máximo rendimiento posible.
Sin embargo a las personas se las debe visualizar como asociadas a las organizaciones. En esta calidad, son proveedoras de conocimientos, habilidades, competencias y sobre todo de la aportación más importante para las organizaciones: la inteligencia que presenta decisiones racionales e imprime el significado y rumbo de los objetivos globales. En este sentido, las personas constituyen parte integral del capital intelectual de la organización.
Las organizaciones con éxito se dieron cuenta de ello y ahora tratan a sus trabajadores como asociados del negocio y proveedores de competencias ya no como simples empleados contratados. Y se han definido algunos aspectos de la administración de recursos humanos que se pueden aplicar a todas las organizaciones.
Aspectos fundamentales de la administración moderna de recursos humanos:
- Las personas como seres humanos, dotadas de personalidad propia y profundamente diferentes entre sí, con un historial personal particular y diferenciado, poseedoras de conocimientos, habilidades y competencias indispensables para la debida administración de los demás recursos de la organización. Las persona como individuos y no como menos recursos de la organización.
- Las personas como asociadas de la organización, capaces de conducir a la excelencia y al éxito. Como asociadas, las personas hacen inversiones en la organización: esfuerzo, dedicación, responsabilidad, compromiso, riesgos, etc., con la esperanza de obtener rendimientos de esas inversiones, por medio de salarios, incentivos económicos, crecimiento profesional, satisfacción, desarrollo de carrera.
- Las personas como talentos proveedores de competencia, cualquier organización puede comprar máquinas y adquirir tecnologías para equiparse con sus competidores; esto es relativamente fácil, pero construir competencias similares a las que poseen los competidores es extremadamente difícil, lleva tiempo, madurez y aprendizaje.
- Las personas como el capital humano de la organización, son personas capaces de del aumento en la producción, tomando en cuenta sus capacidades, son personas que se entrenan, se capacitan par realizar de una manera adecuada su trabajo, sin olvidar el trabajo en equipo y el clima laboral.
Las personas aumentan o reducen las fortalezas y las debilidades de una organización, a partir de cómo sean tratadas. Pueden ser fuente de éxito y también de problemas, es mejor tratarlas como fuente de éxito, para alcanzar los objetivos de la administración de recursos humanos.
Fuente: Gestión de Talento Humano
Tercera Edición
Autor: Idalberto Chiavenato